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La noche del 4 de agosto de 1984 marcó un hito en la historia del rock en Chile. Esa jornada, en un repleto Teatro Gran Palace, ubicado en pleno centro de la capital, el músico argentino Charly García se presentó por primera vez en nuestro país, comenzando así una historia de amor incondicional con sus fanáticos de este lado de la cordillera.

No eran comunes ese tipo de espectáculos en Santiago. La dictadura prohibía cualquier tipo de manifestación cultural contraria el régimen, por lo que la presencia de Charly era noticia nacional. “Más de mil 200 lolos, que llenaron las butacas y también los pasillos del Teatro Gran Palace, cantaron, bailaron y vibraron con las creaciones y todo el derroche de energía del famoso ídolo rock argentino”, escribió el diario La Tercera como reseña del espectáculo. 

Cuarenta años después, una pequeña placa ubicada en el acceso al hotel, ubicado en calle Huérfanos 1160, en plena galería Alessandri, recuerda el primer concierto de García y da luces de una época dorada de la bohemia de Santiago, donde las galerías y pasajes era protagonistas del comercio y los shows culturales.

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Pasaron los años y el desarrollo comercial de Chile puso de moda otro tipo de centros comerciales: los malls. Este tipo de alternativas fue mermando la oferta de las galerías del centro de Santiago, que lentamente fueron reduciendo sus negocios y en muchos casos dejadas de lado en el desarrollo de la ciudad.

Sin embargo, el proyecto “Barrios Comerciales”, liderado por Sercotec propone devolver el valor histórico de estas construcciones, que datan de principio del siglo XX y que son testigos de la evolución de la sociedad chilena a través de los años.

“El plan de inversión de galerías patrimoniales considera una modernización de los espacios comunes con el cambio de luminarias, limpieza de vitrales y bronces, y un plan maestro arquitectónico para homogeneizar los cambios en las diferentes galerías, además de fortalecer la identidad de estos espacios mediante un informe histórico que ha permitido generar un relato para los guías turísticos que mostrarán estas galerías patrimoniales a los visitantes”, comentó María José Becerra Moro, gerenta general de Sercotec.

HISTORIA PURA

La investigación realizada por el organismo consigna que las familias de la elite santiaguina construían sus propias galerías en la capital. Fue así como los “Fernández Concha”, los “Matte”, los “Edward”, los “Bulnes”, o los “Alessandri” decidieron invertir en el pujante centro para instalar construcciones que emulaban a las lujosas instalaciones europeas.

En Santiago existen aproximadamente 77 galerías comerciales y en su mayoría se encuentran cercanas al paseo Ahumada, Huérfanos y Estado, como ejes conectores. Todas con un rico valor histórico que pretende ser destacado con los primeros trabajos en la “Alessandri”

Desde Sercotec confirmaron que, para la puesta en valor de esta historia, se han instalado tres gigantografías en el patio central de la galería con personas emblemáticas vinculadas al pasado del sector. Estas corresponden a José Pedro Alessandri, hermano del ex presidente, ingeniero y constructor de este lugar; Nemesio Antúnez, debido a que dos de sus murales (El Sol y La Luna) están instalados en el ex cine Gran Palace; y una imagen de Charlie García, ya que su primer concierto en Santiago fue en 1984.

“Este trabajo asociativo tiene la capacidad de generar numerosos efectos beneficiosos en el entorno. A través de este apoyo a los barrios se han podido implementar mejoras en diversos sectores del país que incluyen mayor iluminación, medidas para reforzar la seguridad, la recuperación de infraestructuras o la puesta en valor de su identidad histórica”, comentó María José Becerra Moro.

Para el historiador Gonzalo Rojas Aguilera la puesta en valor de este tipo de construcciones sirve para unir a locatarios en una idea en común, pero también les muestra a los y las transeúntes la historia de su ciudad a través de la arquitectura, ya que cada esquina del centro de la capital es una historia en sí misma.

“Lo primero es sacarse el estigma de que las galerías son oscuras o que son lugares feos, y tratar de volver a encantar a los capitalinos con la historia, con la tradición, con el patrimonio. Es una invitación a que la gente vuelva al centro, pensando que el centro no es solo un lugar comercial, sino que también es un lugar turístico, es un lugar gastronómico que concentra buena parte de la historia más tradicional de la ciudad”, comentó el académico, quien en conversación con Diario Usach abordó la poca conexión que existe entre los vecinos y vecinas de Santiago con su patrimonio.

“Chile se ha ido desafectando cada vez más con su historia y la gente a veces no se informa o no tiene acceso, falta acceso a la historia, que es una historia muy rica, porque el centro Santiago no es solamente Pedro Valdivia, o la historia colonial, o los grandes personajes, también está lleno de cultura pop, como es el caso de Charly García o Nemesio Antúnez”, sostuvo Rojas.

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IMPULSO AL COMERCIO

Basta darse una vuelta sencilla por la galería Alessandri (Huérfanos 1160) para notar que varios locatarios decidieron dejar sus puestos en los últimos años. Según sus propios testimonios, las ventas no son del todo buena y ha costado repuntar tras la pandemia del Covid-19. De hecho, se estima que el 25% de los locales está en arriendo, por lo que el trabajo de recuperación viene como anillo al dedo para cultivar nuevo público.

“La galería estaba súper descuidada. Los bronces no se veían, ahora se distinguen de inmediato cuando uno entra a la galería. Lo otro es que han movido mucho las redes sociales, haciendo videos a todos los emprendedores que estamos acá y eso nos ayuda bastante. Al público le llama la atención las grabaciones, la galería se ve con más movimiento, hay más gente, por lo tanto, más público que podemos captar”, comentó Francisca Albanés del Salón Empoderadas.

La oferta de la galería es variada y para todas las edades. En sus instalaciones hay locales de vestuario, medicina, comida, entretención, oficinas y hasta un par de café con piernas. Sin embargo, quienes transitan por el sector sostiene que aún le falta el toque de modernidad que la transforme en alternativa de los grandes centros comerciales.

“Me ha llegado gente gracias a estas intervenciones, aunque en general el movimiento no ha cambiado tanto. Esto más adelante puede ser bastante bueno para mejorar el flujo comercial y turístico”, comentó Sara Canales, trabajadora del local J, Óptica Leblon, que desde 2004 está ubicado al interior de la galería Alessandri.

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